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Hipocrita Sinceridad

La falta de madurez en las personas con respecto al ambito sentimental hace que en ciertas ocasiones o que cierto tipo de personas se comporten de una manera "extraña" con la gente que lo rodea y en especial con la persona a la que tiene un afin sentimental.

¿Serias capaz de jugar con espada de doble filo cuando quieres a alguien?

Muchas ocasiones cuando queremos a alguien y esa persona
no esta con nosotros como pareja tratamos de tener un buen comportamiento con esa persona, existe una esperanza minima de que en algun momento pueda ocurrir algun tipo de acercamiento, pero... ¿que pasa cuando esta persona quiere tener un acercamiento... pero no contigo? el sentimiento de la envidia empieza a aparecer, deseas tener la suerte que tiene cierto individuo porque atrae a tu persona querida... El amor es un regalo no algo que se obliga o que se fabrica, se da o no se da.
Para que la sinceridad tenga sentido no puede tratarse de una comunicación al azar. La persona tiene que reconocer su propia realidad y poseerla en cierto grado, para luego comunicarla, de acuerdo con su discernimiento. Concretamente, la sinceridad debería ser gobernada por la caridad y por la prudencia.


¿Alguna vez has sentido la desilusión de descubrir la verdad?, ¿esa verdad que descubre un engaño o una mentira?, seguramente que si; se puede ver la sinceridad en nuestras actitudes.
Cuando aparentamos lo que no somos, se tiene la tendencia a mostrar una personalidad ficticia: inteligentes, simpáticos, educados, de buenas costumbres... En este momento viene a nuestra mente el viejo refrán que dice. “dime de que presumes... y te diré de que careces”.

El mostrarnos “como somos en realidad”, nos hace congruentes entre lo que decimos, hacemos y pensamos, esto se logra con el conocimiento y la aceptación de nuestras cualidades y limitaciones. Ser sincero, exige responsabilidad en lo que decimos, evitando dar rienda suelta a la imaginación o haciendo suposiciones.

Para ser sincero también se requiere “tacto”, esto no significa encubrir la verdad o ser vagos al decir las cosas. Cuando debemos decirle a una persona algo que particularmente pueda incomodarla debemos no hacerlo por despecho, enojo o porque “nos cae mal”,
eso tiene otro nombre, y no es el de sinceridad, aunque lo
que digas no falte a la verdad. Hay que encontrar el momento y lugar oportunos, esto último garantiza que la persona nos escuchará y descubrirá nuestra buena intención de ayudarle a mejorar.

En algún momento la sinceridad requiere valor, nunca se justificará el dejar de decir las cosas para no perder una amistad,
un amor o el buen concepto que se tiene de nuestra persona. La persona sincera dice la verdad siempre, en todo m
omento, aunque le cueste, sin temor al que dirán. “La sinceridad y la humildad son dos formas de designar una única realidad”

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